Secretos escondidos🔎 en las calles de Bolonia (Italia)

Debido al origen de Bolonia, sus calles guardan muchos secretos y la ciudad se encuentra envuelta de muchas leyendas urbanas de origen medieval, asi que te invito a que los descubras mientras visitas la ciudad.

En este post no pondré ninguna foto, para que la localización sea más divertida y sin pistas.

Si viajáis con niños, lo podéis plantear como un juego divertido para recorrer la ciudad, en seguida querrán buscar el siguiente secreto.

  • La Finestrella o Canale di Reno.

En la Bolonia existían por toda la ciudad canales de agua subterránea que eran utilizados para transportar mercancías. Debido a la existencia de estos canales, Bolonia fue conocida como la “Piccola Venezia”

A medida que la ciudad crecía y habían nuevos planes urbanísticos, estos se fueron eliminando, y hoy en día solo queda uno, el conocido como Canale di Reno situado en en Via Piella 18.

Lo encontrarás fácilmente ya que lo indica en una placa en la pared y seguro que te encuentras a alguien asomado por allí.

  • Neptuno y sus famosos genitales.

En la Piazza Maggiore se encuentra la fuente representación de Neptuno Dios del Mar, y es famosa por lo ocurrido cuando el escultor Giambologna la terminó.

La iglesia consideró que Neptuno tenía los atributos demasiado grandes y le pidió al autor que los modificara; no estando convencido el autor aceptó, pero hizo una modificación con unos cambios que permiten un efecto óptico.

Detrás de la fuente, en el lado de la biblioteca se encuentra una baldosa diferente. Al ponerse sobre ella y mirar hacia la fuente de Neptuno, se aprecia cómo el autor colocó la mano de Neptuno de tal forma que el pulgar de la mano pareciera el miembro de Neptuno.

Durante años, la iglesia cubrió al Neptuno con unos pantalones y las mujeres más religiosas de la ciudad, evitaban pasar cerca de la fuente y miraban hacia el lado contrario.

  • El arco de los susurros.

Cerca de la Piazza Maggiore, en los pórticos del Palazzo del Podestà se encuentran en un pasillo las estatuas de San Doménico y San Petronio, que forman el “arco de los susurros”.

En la antigüedad, los curas, cuando tenían que confesar a un leproso, lo colocaban de frente a la pared de una de las estatuas y ellos se colocaban de la misma forma en la otra. Así podían escuchar la confesión sin acercarse a la persona enferma y evitaban un posible contagio.

Esto es posible porque el arco tiene forma abovedada.

  • La luz de Petronio.

Otros de los secretos de Bolonia se encuentra en la Basílica de San Petronio, aquí esta la meridiana de Giandomenico Cassini, que con sus 66,8 m de largo hacen de ella la línea meridiana más larga del mundo, cuando el sol está en lo alto entra un rayo de luz a través de un agujero que, al llegar al suelo indica una fecha concreta.

En este caso si os coincide que el día esta nublado, lo tendréis que dejar para otro día.

  • Las 3 flechas.

En la Strada Maggiore hay otro de los secretos de Bolonia. Situados en pasaje de Corte Isolani, una vez pasado un restaurante y la galería, al final encontrarás un edificio con una estructura de madera en el techo, en la que están las tres fechas clavadas en las vigas.

Cuenta la leyenda que tres delincuentes que pretendían asesinar a un mercader local disparándole sus flechas a través de la ventana, se despistaron al ver cómo en otra de las ventanas aparecía una mujer desnuda y se despistaron.

Siglos y siglos después, las flechas aún se encuentran clavadas allí.

En nuestro caso unos vieron una y otros tres ¿?¿?, lo que si que hay que vigilar es con el cuello.

  • Diavolo Faccia.

En la Piazza Santo Stefano, cerca de la Basilica di Santo Stefano, se encuentra otro de los secretos.

Cuenta la leyenda que en la Piazza Santo Stefano vivía una de las familias más poderosas de Bolonia. La familia mandó esculpir la cara de todos los miembros de la familia en la fachada de su palacete, y el arquitecto encargado de pintar los rostros les jugó una mala pasada, ya que entre unos y otros, como si fuera un miembro más de la familia, esculpió la cara del diablo.

A día de hoy aún no se sabe realmente lo que pretendía el autor.